La técnica
de mano concibió una nueva manera de componer para la trompa, los primeros en
hacerlo fueron los propios trompistas y profesores de este instrumento. Ahora
era posible tocar una melodía en el registro medio del instrumento sin
necesidad de hacer uso de la técnica del clarino, se comenzó a hacer uso de
figuras rítmicas más rápidas incluso cromáticamente. La técnica del tapado
había llegado para quedarse y con ella la figura del trompa grave.
La mano dentro
del pabellón proporcionaba poder satisfacer todas las notas y no solamente las
pertenecientes a la serie armónica. Así se podía conseguir una escala
cromática. Aunque Domnich deja bien claro que no se puede usar cualquier nota,
tienen que estar situadas en una octava en concreto para que suene bien.1
Esta
revolución se situó entre dos épocas claves en la historia de la música, el
barroco y el clasicismo. En la primera, la trompa en la orquesta era utilizada
para representar escenas de caza y pocos conciertos fueron los escritos para
este instrumento que no fueran en un registro problemático. Éstos, aun estando
escritos en el tono de Re la tesitura se hace dificultosa y escribir en tonos
más graves no era una opción plausible ya que la longitud de la tubería es
demasiado grande y los errores interpretativos hubieran sido mayores. En el
clasicismo, la trompa ya estaba prácticamente instalada en su función armónica
dentro la orquesta y gracias a la técnica de mano sus conciertos se centraban
en un tono mucho más cómodo como el de Mib.
Fue Anton
Hampel el que experimentó con almohadillas y tapones mientras desarrollaba la
técnica de la mano derecha y esto hizo que cambiase la afinación, según
Fitzpatrick, la técnica de mano fue perfeccionada entre 1750 y 1760, pues
Giovanni Punto llegó a Dresde para estudiar con Hampel y Haudek en 1763 y la
técnica de mano ya estaba consumada completamente.2 También nos remite al método para trompa
de Domnich en el que el autor explica cómo Hampel descubrió la técnica de mano.
Domnich,3 al
comienzo de su método aporta una reseña histórica en la que habla de la
evolución de la trompa y de cómo llegó un momento en el que se buscaba producir
sonidos más suaves. A tal fin se ideó una sordina de madera con un agujero en
su base, que se introducía en el pabellón, pero debido a su sonido metálico se
empezó a construir en cartón. Ninguna tenía una calidad sonora perfecta y
Hampel, al igual que hacían los oboístas en aquella época, introdujo en la
campana de la trompa bolas de algodón sustituyendo la sordina siendo, como
expresa Domnich,
«Su sorpresa fue extrema, la primera
vez que lo hizo, al oír que su instrumento se subió medio tono. Rápida e
inteligentemente vio la manera de meter y sacar su tapón dando un rayo de luz
al descubrimiento casual, pudiendo pasar por todas las escalas diatónicas y
cromáticas sin interrupción».4
Extracto del método de Domnich |
La técnica
de mano consiste en la producción de sonidos ajenos a la serie armónica
mediante la posición de la mano derecha dentro del pabellón. Existe una
posición neutra de la mano, similar a la utilizada en la actual trompa moderna,
con la que los sonidos resultantes serán los de la serie armónica que está
determinada por la longitud de cada tubo. Si la mano se coloca tapando
aproximadamente la mitad de la salida del pabellón, la serie armónica
resultante sonará medio tono más abajo y el sonido producido será más velado.
Si se cierra la salida por completo, la serie armónica se transportará medio
tono ascendente, produciéndose un sonido aún más velado mientras se toca en
piano y más estridente si se toca fuerte. Por último, habrá que sacar la mano
completamente del pabellón en algunos casos concretos en los que la afinación
de determinados parciales es sensiblemente más baja con respecto a la afinación
temperada, como es el caso del Sib (parcial 7), el Fa# agudo (parcial 11) o el
La agudo (parcial 13), haciendo esto se sube ligeramente la afinación y será la
posición en la que la trompa sonará con más potencia.5
Metodo para trompa de F. Duvernoy |
[1] Heinrich Domnich. Méthode De Premier et de Second Cor, (París: Conservatorie Impérial de Musique, 1807), 14-15.
[2] Horace Fitzpatrick, The Horn & Horn-Playinng and the Austro-Bohemian tradition 1680-1830, (London: Oxford University Press, 1970), 109-111.
[4] Domnich. Méthode, iii-iv. «Sa
surprise fut extrême, la première fois qu´il s´en servit, d´entendre que son
instrument étatit haussé d´un demi-ton. Ce fut pour lui un trait de lumiére, et
son génie étendant rapidement une découverte due au hazard, il vit le moyen, en
présentant et retirant alternativement son tampon, de parcouir sans interruption
l´échelle diatonique et chromatique de toutes les gammes». Traducción propia.
[5] Paul Austin. A
Modern Valve Horn Player ́s Guide to the Natural Horn, (Cincinnati: Austin
Ed.,1993), 9-10.
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