Desde la llegada de los cazadores Peter
Rolling y Wenzel Sweda a Bohemia, tras su estancia en Versalles junto a Franz
Anton conde de Sporck (1662 – 1738) entre 1680-81 donde aprendieron el arte de
la trompa, la trompa comenzó una transformación constructiva y una evolución
interpretativa.
Las trompas que introdujo el Conde en
Bohemia eran cor de chasse, trompas de caza francesas, y fueron copiadas hacia 1700 por distintos constructores como Johann Wilhelm y Wolf Wilhelm Hass, Friedrich y Johann Leonhard Ehe, y Michael y Johannes Leichambschneider.[1]
Sin embargo, fueron estos últimos los que construyeron por primera vez una trompa de caza de estilo vienés, waldhorn, estableciendo las bases de la construcción de éstas. Fitzpatrick examina las diferencias entre el waldhorn vienés y la cor de chasse francesa y relata lo siguiente:
Trompa de caza, Charles Crètien, principio s. XVIII |
Sin embargo, fueron estos últimos los que construyeron por primera vez una trompa de caza de estilo vienés, waldhorn, estableciendo las bases de la construcción de éstas. Fitzpatrick examina las diferencias entre el waldhorn vienés y la cor de chasse francesa y relata lo siguiente:
Cuando se comparan los dos
tipos de instrumentos, físicamente parece haber poca diferencia entre ellos […]
Sin embargo, tras una inspección más de cerca, es evidente que el cor de chasse
es el más estrecho y fino de los dos y el waldhorn tiene un aspecto más robusto
en general. Hay una diferencia notable en el tamaño de la abertura del tudel
entre los dos tipos. El tudel de la trompa de caza es más pequeño en diámetro […]
es difícil hablar de diámetro interno como tal; pero la tubería del Waldhorn es
proporcionalmente mayor en diámetro […].[2]
No solo
habla del diámetro interno del tudel dando medidas exactas, sino que además
hace un análisis entre las diferencias de las campanas de cada instrumento, destacando
la amplitud del Waldhorn tanto en la salida del cuerpo como en el diámetro
final del pabellón. Esta gran campana en contraposición del cor de chasse hace
que el instrumento tenga un sonido más oscuro y suave. Un aspecto significativo
del porqué transformar los recién llegados cor de chasse a Bohemia
probablemente es, como indica Fitzpatrick, el ideal del barroco austríaco en el
que los instrumentos de cuerda tienen un color más oscuro y aterciopelado.
¿Cuál es la razón para que este autor llegue a afirmar tal respuesta? Que casi
todos los monasterios de la Corona eran poseedores de una familia completa de
instrumentos de cuerda de los constructores Johann y Andreas Stainer. Aunque
con total probabilidad, la búsqueda de un sonido dulce y suave fuera dada por
una tendencia natural para su propio oído, acostumbrado a «[…] las consonantes
suaves y vocales oscuras del habla austríaca».[3]
Estas
trompas estaban construidas de una sola pieza desde el tudel hasta la campana y
únicamente estaban afinadas en un tono, lo que representaba un problema para
ser usada en la orquesta como el instrumento que se conoce hoy día. Los tonos
típicos de esta trompa eran el de Re y el de Fa. Por eso, la trompa de caza era
usada como parte representativa de escenas típicas de caza. Incluso G. F. Handel
(Brandemburgo, 1685 – Londres, 1759) y J. S. Bach (Eisenach, 1685 – Leipzig,
1750) dieron papeles protagonistas a estos instrumentos, pero todavía no
formaban parte armónica dentro la orquesta.
Waldhorn, Michael Leichamschneider |
En el año 1700, los hermanos Leichambschneider ya habían comenzado a fabricar trompas con tubos que se acoplaban en la zona del tudel donde se colocaba la boquilla, gracias a esto se podía afinar la trompa en cualquier tono añadiendo trozos de tubo al tudel del instrumento, pero esto suponía otro problema y era el de la posición del instrumento en relación con el cuerpo del trompista que podía resultar incómoda si los tonos usados eran los de los extremos, muy graves o muy agudos.
Copia de Lechnambschneider, Lowell Greer |
Por eso que alrededor de 1750, Anton Hampel, trompista de la orquesta de Dresde junto al constructor Johann Werner ideó una modificación de lo más significativa. Introdujeron los trozos de tubo, llamados tonillos, cortando el tudel y haciendo un receptor para éstos, lo que supuso añadir al cuerpo un tubo extra para compensar la afinación, conocido actualmente como bomba de afinación.[4] A este nuevo modelo de trompa se le llamó inventionshorn.
Estas
nuevas innovaciones hicieron de esta nueva trompa un bien necesario para las principales
orquestas europeas alrededor de 1765,[5]
siendo dos, los trompistas titulares que poseía cada orquesta.
Como
es sabido, en Europa hacia la segunda mitad del siglo XVIII predominaba un
movimiento cultural e intelectual conocido como «Ilustración». En aquel tiempo
se pensaba que la clase alta desaparecería y que la clase media obtendría una
posición mejor. Las artes se acercaban a todo el público y se «escribían
tratados populares para poner la cultura al alcance de todos, mientras que en
las novelas y obras teatrales se comenzaba a describir a la gente cotidiana con
sus cotidianas emociones».[6] La
música buscaba ser divertida y debía gustar a cualquiera. Se usó el término Empfindsam para marcar el estilo de la
época que estaba relacionado directamente con los movimientos lentos, que hacían
sentir al oyente y aparece un nuevo concepto lineal de la melodía en el que la
armonía se paraliza garantizando que las modulaciones no fueran demasiado atrevidas.[7] Gracias
a esto la trompa se incluyó en la orquesta de dos en dos y la técnica de mano
consiguió que el instrumento se moviera en el registro intermedio abandonando para
siempre el registro clarino característico del cor de chasse.
Con la
técnica de mano se consiguió suavizar el sonido haciendo que esta nueva calidad
sonora se integrase en las nuevas texturas armónicas del periodo clásico,
además la desaparición de todos los tubos que se iban añadiendo para conseguir
todos los tonos hizo que el instrumento pesara menos y ganase en resonancia.
Los instrumentos que conformaban la orquesta clásica también pasaron su propia
fase de trasformación lo que llevó a que la orquesta clásica adquiriese un
timbre más homogéneo.[8]
Más tarde, en el año 1776, el constructor
alemán Johann Gottfried Haltenhof introdujo un tonillo reemplazando la bomba de
afinación manteniendo el tudel fijo, este instrumento fue mejorado por el
fabricante francés Lucien Joseph Raoux cuatro años más tarde, llevado por las
inquietudes del trompista Johannes Thürrschmidt, que observando la fragilidad
del inventionshorn le sugirió una mejora que haría que el instrumento tuviera
más estabilidad.[9]
Por su puesto este instrumento no tenía utilidad para la orquesta, pues
solamente poseía los cinco tonos del trompa solista, Sol, Fa, Mi, Mib y Re, y
al mismo tiempo intercambiarlos suponía demasiado tiempo, pues lo que antes
necesitaba solamente introducirse en una sola abertura, ahora eran dos y con un
diámetro mucho menor.
Esta trompa, denominada como Cor Solo es
necesaria ser nombrada puesto que los más grandes solistas de trompa de la
época interpretaban sus conciertos con este modelo.
Cor Solo, Johann G. Haltenhof |
Cor Solo, Joseph Lucien Raoux |
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[1] Vicente Zarzo, Compendio sobre las Escuelas Europeas de Trompa, (Valencia: Piles, 1994), 47.
[2] Horace Fitzpatrick, The Horn & Horn-Playinng and the Austro-Bohemian tradition 1680-1830, (London: Oxford University Press, 1970), 29. «When the two types of instrument are compared Physically, there appears to be little difference between them […] Upon closer inspection, however, it is immediately evident that the cor-de-chasse is the narrower and more slender of the two, and that the Waldhorn presents a more robust aspect generally. There is a noticeable difference in the size if the mouthpipe opening between the two types. The cor-de-chasse mouthpipe inlet is smaller in diameter […] it is difficult to speak of the bore as such; but the tubing of the Waldhorn is proportionately larger in diameter […]»
[3] Ibíd., 31. «[…] the soft consonants and dark vowels of the Austrian speech».
[4] John Humphries, The Early Horn, a practical guide. (Cambridge: Cambridge University Press, 2000), 27-28.
[5] Ibíd., 128.
[6] Donald Jay Grout y Claude V. Palisca, Historia de la música occidental, 2. (Madrid: Alianza editorial, 2004), 585.
[7] Ibíd., 590.
[8] Fitzpatrick. The Horn & Horn-Playing, 126.
[9] John Humphries, The Early Horn, 29.